"Puedo ser un cabrón, pero no soy un puto cabrón"

Con esta curiosa frase con la que abría portada George Clooney en uno de los últimos números de Esquire, os planteo una pequeña reflexión sobre la autonomía y la correcta gestión de uno mismo, con el calibraje exacto para evitar invasiones a los demás.
Abrir artículo

No hace mucho tiempo volvía de casa de W.E., uno de los más afamados decoradores de Sevilla, con el que había compartido un café y una interesante conversación sobre iluminación (y sobre la cual escribiré un texto vinculado a la seducción próximamente), cuando esperando en la moto en un semáforo, oí una tosca conversación proveniente del coche de mi izquierda:

"Macho, ¿no te das cuenta de que para conquistar a esa chica debes ser un poco más cabrón?"

Si algo he aprendido en las clases de semiótica en publicidad es que las palabras, además del significado del contexto, poseen una semántica propia inseparable. Por ejemplo, la palabra "pobrecito" puede estar en un contexto cariñoso, pero en sí misma contiene un rasgo devaluador y desmotivante. Los políticos saben mucho de esto.

El correcto sentido de la palabra "cabrón", en el contexto de la frase que oí, quiere decir "pasota", "contrario a lo insuficiente", "desvinculado", "separado de la atracción obsesiva". El problema es que la propia semántica de la palabra invita al descalibraje, y ese ha sido el motivo por el que muchos chicos se lanzan a insultar y engañar a las chicas como "puesta en marcha" de sus nuevas técnicas.

Aviso para navegantes: Insultando y "cabroneando" a una chica solo conseguirás su aceptación si su autoestima viniera ya dañada, por lo que tu percepción de éxito y control serían solo ilusiones. Y dicho sea de paso, flaco favor le harías hundiéndola todavía más. Eso te convertiría en un tipo de escaso valor y en palabras de George Clooney, en un "puto cabrón".

Un seductor puede ser poderoso visto desde el contexto de la independencia y del desapego, pero nunca tiene la necesidad de jugar desde el rencor o desde el odio. Ama a las mujeres, juguetea con ellas, sabe conquistarlas con una atención intermitente. Podría ser un cabrón, pero no lo es.

Aprovecho para recomendaros que leais la entrevista completa a Clooney porque del papel traspasa su mejor buen rollo y sentido de humor. Sigue siendo un magnífico seductor.