9.1.08

Ellas entre flores

Este es el post más intrascendente que escribo en el blog. Pero como dice Oscar Wilde, en lo intrascendente está lo maravilloso. Y las flores son, en efecto, algo maravilloso.

En la mayoría de los paises del norte de Europa, las flores son como la fruta, un producto de consumo casi diario. Cuando entro en la cocina de alguna conocida o conocido, lo primero que busco es el jarrón de las flores. Si lo veo lleno, se nos dispara el rapport hablando de ellas. Pero el caso es que esta situación no es tan fácil de encontrar como creemos. Y es que, como todo en esta vida, hay hombres y mujeres a los que las flores no les dice nada especial. Imagino que la tendrán asociadas a algo puntual, de compromiso o negativo. Pueden pensar que es un regalo tan fácil como inútil, o tan cumplido como un traje de luto.

Lo cierto es que me preocupan bastante las mujeres a las que unas flores no le alegran el día. Y me activo cuando veo una mujer que regala flores a un hombre o a sus amigas. Realmente creo que, cuando unas flores frescas llegan a tu vida, un trozo de naturaleza te guiña un ojo para compartir contigo, por unos días, su olor, su visión y su energía.



Pero lo realmente mágico es la mirada entre la persona que regala y la regalada. No conozco a nadie que al regalar unas flores no le brillen los ojos. Y si el brillo es compartido, suscriben en el aire una sintonía de sensibilidad perfectamente conectada con lo humano y con nuestra relación energética con lo natural. Lamentablemente, hay gente que las recibe sin entender qué carajo hay de especial en ellas. Una pena.

Si algo tiene de aporte al seductor este post es que en estos años he podido certificar una cosa: Una mujer a la que le gusta regalar flores a sus amigas o a sus amigos, o que las compre para sí misma para preparar cualquier tipo de reunión o cena, posee una sensibilidad intensa y diferente para el resto de facetas de su vida. Algo que, desde siempre me parece absolutamente femenino y exquisito.

A veces, cuando salgo a sargear, termino preguntando si acostumbran a regalar flores a sus cercanos. Y claro... no puedo evitar quedarme a escuchar y cualificar a la que me dice que sí...

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