2.6.08

Sed caballerosos con nosotras...

Más de una vez te habrás cruzado con chicas que te aconsejan ser caballerosos mientras tienen escrito en la cara que la caballerosidad nunca ha habitado su cama.
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El otro día estaba haciendo un descanso en casa y retomé sin mucho ahínco el número de Marzo de Esquire. Sirviéndome como mantra y sin el apetito por lecturas mucho más interesantes, comencé a releer sus entradas. Francamente no me había dado cuenta de todo lo que apestan algunos párrafos de entre las 7 páginas que dedicaban a “Caballerosidad y Cortesía”. Siete páginas donde también hay chicas hablando sobre ello.

Yo me niego a fortalecer una especie de dictado social u obligación moral para la caballerosidad. Es puramente una cuestión de estilo y de grado donde el voto de las chicas no cuenta. Yo elegí ser siempre caballeroso aunque con mis propias reservas estratégicas. También tengo amigos que no lo son nunca y les va tan bien o incluso mejor que a mí. La mujer no está en condiciones de aconsejar sobre este tipo de formulismos sociales porque al hacerlo es su parte racional la que habla, y no es esa precisamente la que hace sus elecciones sexuales. Tu compañera de lavandería puede maldecirte por desatento y dos horas más tarde masturbarse en el wáter mientras piensa en ti.

La única pregunta que considero válida es: ¿Sientes que va contigo? Pues adelante!

Hubo una época en mi vida en la que mi definición de caballerosidad era “aquella pequeña parte del machismo que a ellas nunca les interesará que muera”. Evidentemente aquello solo me acercaba al feminismo radical (y no al sexo radical, que era lo que yo buscaba) y me limitaba bastante por la dimensión justiciera y quijotesca en la que enmarcaba mis encuentros. Por ello, en poco tiempo pensé que la caballerosidad podía ser egoístamente una diversión para el que la ejerce. Este marco, al no estar vinculado a resultados ni a egos, me ofreció un desempeño muy cómodo y congruente, y siempre indirectamente eficaz en días con un vibe o feeling romántico acentuado.

Insisto: Soy caballeroso porque va conmigo y me gusta. Pero no es necesario para otro tipo de trayectoria o fase personal. Y tampoco debes esperar nada a cambio por simplemente serlo.

Creo que la mejor razón para enfocar tus gestos de caballerosidad desde tu propia diversión te la da la propia naturaleza fugaz de algunos de estos encuentros. Si te obsesionas por convertir tu caballerosidad en una especie de abridor, debes darte cuenta de que a veces no tienes ni espacio ni tiempo para continuar, por lo que irás a cara o cruz entre desmarcarte o no. Eso sin contar que abrirle la puerta a una mujer puede parecer un ítem de valor, pero también puede ser diametralmente opuesto al tipo de comportamiento que desea en un amante.

En una ocasión vi a una chica maldecir de poco caballeroso a un chico con el que deseaba acostarse con urgencia. Me pareció simpático y triste. Acusar de falta de hombría a veces es una salida rápida (y torpe) para digerir bien los rechazos.

Desde otro punto de vista, merece la pena aclarar que la desatención a desconocidos en frío (sin aparentemente problemas de salud) en ciudades tan grandes como las nuestras y con tantísimas prisas y prioridades diarias no significa falta de educación, ni siquiera es sinónimo de chulería. No frivolecemos, no tiene nada que ver con tener pene o vagina.

Tío, elijas serlo o no, escúchate sólo a ti mismo. Recuerda que la opinión de las chicas sobre esto está mayormente hecha con su lado lógico, un lado que muchas contradicen cada vez que pueden.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sevillano, bonito artículo, y te lo dice un caballeroso (o alguien que por lo menos intenta serlo).

Perdón por la pereza para contestar posts, pero que sepas que siempre me doy una vuelta por tu blog, junto con el de Mario, me parecen lo mejorcito que circula por la red.

Un abrazo grande!

Rápsoda

urano dijo...

que tal seriak.

buen post , yo pienso que la caballerosidad, asi como la camaraderia (entre hombres), son pinceladas de distincion, que aumentan la estima social de quien la expresa de manera natural. pero ojo el forzar esta actitud te puede llevar a caer en actitud de secundario de pelicula barata.

Ademas pienso que no a todas las mujeres les sienta de la misma forma, te encuentras gusto de todo tipo, desde la que ve el acto de cederle el paso como la luz del camino dorado hacia su principe azul, hasta la que automaticamente te cataloga como el perrito faldero del mes.

yo personalmente acompaño el gesto caballeroso, con una mirada intensa y una sonrisa picara en los labios. parece ser que esta manera de actuar da un toque ambiguo a mi conducta,dejando la tarea de traduccion del mensaje en el coco femenino. con la ambiguedad y un poco de atraccion la nota del evento siempre sera positiva.


un abrazo.

S dijo...

Rapsoda, que bueno saber de ti. Espero que todo está bien por tu vida y que la energía no te falte. ¿Qué vas a hacer el 20 de Junio? ¿Te escaparás por Sevilla?

S dijo...

Urano, en efecto pienso como tu sobre las bondades potenciales de ser camarada y caballeroso, y me gustan tus matices para mantener la pincelada alfa en algo tan fugaz como dejar paso. Gracias por tu comentario y aporte.