El perfecto seductor

Una aproximación a lo que entiendo por seductor perfecto a nivel externo, centrado en el precio de sus halagos y de sus escaladas de interés sexual.

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Todos los artistas, Picasso, Miró, Leonor Watling** o Lars Von Tried (¿porqué no?) trabajan de forma casi ininterrumpida mientras ejercen como tal. Su vida es el arte y del arte hacen su vida. Por cada obra maestra se pintan un número considerable de mediocridades. Cualquier persona que se dedique al arte sabe de que hablo. El artista como ser creativo está fuera de moral en sus intenciones, y pese a que encuentra algo íntimo en cada una de su obras, sabe que no todas le cautivarán igualmente a los demás. Y ni siquiera a sí mismo. Para vencer esta lógica devaluación nació la figura del marchante de arte, (llámese discográfica, distribuidora de cine o cualquier otra entidad paralela) que básicamente pretenderá vender cualquier experiencia (buena o mala) de autor por el máximo dinero posible.

Valga esta descripción para explicaros análogamente qué significa para mi ser un "perfecto seductor".

El seductor perfecto ama a la mujer de una forma natural, como el artista a la naturaleza que tiene que retratar, y sabe extraer de todas y cada una de ellas el estracto más esencial que la hace especial. Esa operación puede ser instantánea, cuestión de segundos o retardarse algunas horas, depende de cada mujer y de lo escondido que lo tenga. Cuando lo detecte no dudes que te lo va a decir de un modo muy intenso y emocional porque se alegra de haber captado perfectamente la sensibilidad y la magia de esa captura.

Tras detectar la esencia, el seductor halaga. El pintor dibuja.

Que el seductor perfecto ejerza esta habilidad con todas las mujeres con las que pueda charlar un poco no significa que desee sexo ni relaciones con absolutamente todas. Después de encontrar la inspiración, todos los cuadros son especiales pero no rotundamente cautivadores, ni siquiera entre ellos. Al verdadero artista le jode que lo confundas con un marchante de arte. Al seductor le jode que lo confundas con un calientabragas.

Aquellas obras que no solo rescatan la belleza de la realidad sino que arrastran una experiencia especialmente íntima y sensual del autor terminan "teniendo sexo" con él. Y aquellas que más tarde cambian su vida serán convertidas en puntos de referencia hasta sus últimos días.

Dicho esto me gustará terminar este texto hablando a todas esas preciosas chicas que en su día nos han tachado injustamente de caraduras por no evolucionar hacia lo que ellas dictaban. Solo puedo decirles metafóricamente que:

Un marchante de arte sí es un caradura... se centra en cerrar cuanto más acuerdos con las mejores cargas. El artista verdadero no tiene nada que ver con esos lances convergentes. Dedica su tiempo a la belleza.

No nos confundais...

**Para ilustrar este post, os pongo unas declaraciones de L. Watling muy al caso:"Componer y cantar en inglés es algo personal y natural, no responde a ninguna razón concreta, y menos aún de mercado [...]. Hacer discos es un producto elaborado de la discográfica. Lo natural para mi es hacer canciones continuamente, la forma de empaquetarlas en un tiempo y en un formato es otra cosa".