4.1.08

Atribuciones energéticas

Érase una vez una empresa aseguradora cuyo índice de abandono laboral era de un 80%. Contando que la empresa daba el primer mes a dichos trabajadores una gruesa formación de ventas con grandes expertos, el balance de inversión entre cada currante y su rendimiento era casi siempre negativo. Una ruina.

Así que cambiaron el chip y tras un estudio de casos, descubrieron que el 20% restante no solo no abandonaba sino que le iba realmente bien. ¿Serían más guapos? ¿Serían chicas? ¿Serían más lanzados? Parecía que no tenía nada que ver. La labor sería estudiar qué factores comunes tenía ese 20% e incorporar la valoración de ese factor en los futuros procesos de selección. Fue entonces cuando varios de esos trabajadores de éxito dijeron algo parecido a esto:

"Cuando vendo un seguro me alegra saber que he hecho un buen trabajo, realmente es un logro personal. Sé que este sector es difícil. Mil veces me ha dado en la cara con la puerta, pero los momentos malos son circunstanciales y no tengo culpa de ellos. No puedo responsabilizarme de lo que ocurre en cada caso, y a la vez, cada caso es distinto".

Los psicólogos lo vieron claro: Había que seleccionar a gente que haga atribuciones circunstanciales a sus resultados inesperados y auto-atribuciones generales a sus momentos de éxito. Había que contratar a gente positiva y persistente. Problema resuelto: Los que decían "He vendido porque he tenido algo de suerte", o "No vendo porque soy un desastre" serían por fin reemplazados por aquellos que fueran capaces de invertir esas atribuciones a "Soy realmente buen vendedor" y "Hoy era un mal momento para venir"

La empresa redujo el abandono laboral a un 18% anual y las ventas, además, se dispararon.

Y es que, desde el principio de los tiempos, ha habido familias que han sido expertas en atribuir incorrectamente las acciones de los pequeños. Fijaros bien cuando vayais a casa de familias amigas: Abundan los "Qué torpe eres" o los "Nunca tengo suerte". Las atribuciones mal motivadas son un cáncer para la seducción y para tu vida normal. Y el problema es que no nos damos ni cuenta porque las llevamos grabadas a fuego desde pequeños.

Lo cierto es que la única diferencia entre una persona positiva y negativa es la forma de atribuirse. Nada más. Es decir, los positivos atribuyen sus fracasos con dimensión circunstancial y sus éxitos con dimensión general, justo al contrario que los pesimistas, que lo hacen al revés.

Todo esto que te cuento, que a la ligera puede parecerte demasiado simple, tiene una importancia radical.

En el momento en que en seducción digas algo cercano a "No sirvo para esto", ya tienes medio zapato pisando en la mierda. Y sólo lo sacarás cuando seas capaz de cambiar esa frase por "Hoy no ha sido un buen día, mañana empieza otro". Es decir, desatribuir la generalidad al inconveniente y atribuir la circunstancialidad.

A partir de ahora cuando obtengas un resultado inesperado, escríbelo en un papel y vuelve a escribirlo más abajo de una forma más específica, más circustancial y más externalizada, y enunciándolo, si puedes, en tercera persona. Por ejemplo:



Ahora haz lo contrario: escribe un resultado bueno en un papel y reatribúyelo de una forma más general, más global y más interna, enunciándolo si puedes en primera persona.



Concéntrate en la sensación que tienes cuando tapas las primeras lecturas y lees la visión "optimista": Sientes que toda la energía se queda contigo, y que no se desparrama, ¿verdad?. Recuerda que todo tu juego está tan sólo en la mente, man.

Realiza este sencillo ejercicio todas las noches que necesites, escribiendo en una lista de doble entrada lo que has hecho bien y lo que te ha salido algo peor, intentando atribuirte de la forma que más motivación genere.

Date la bienvenida al optimismo, a la autoestima y a la energía infinita.

Ojo: Esto no quiere decir que el pesimismo no tenga función alguna. Los análisis pesimistas también ayudan a detectar problemas y funcionan como alarma. Pero la seducción es algo divergente y creativo, no es una gris previsión de contabilidad ni de administración hipotecaria. Asi que si estás empezando en esto o si notas que tu juego interno anda algo inestable, es conveniente revisar tus atribuciones y redefinirlas, insisto, al alza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Post muy profundo e inteligente. Te deseo que Seriak que algún día seas padre porque tindrás unos hijos preciosos y sanos. Y con sólo ser optimista ya existe el desmarque (valor) ante el mundo, porque hay tanto pesimismo y falta de autoestima
(cubierta de seriedad y agresividad).
Me pareces una persona muy lúcida de la que aprendo cada día.

saludos

* Lully * dijo...

tendríamos que aprender a motivar a nuestros niños para que, al crecer, lo hicieran con confianza e inteligencia.
personalmente, nunca me rindo ante el primer rechazo...